Ser testigo del sufrimiento de un hijo o hija a causa del bullying o del acoso en redes sociales es una de las experiencias más dolorosas para cualquier padre. Muchas veces, el daño no es visible a simple vista, pero sus efectos emocionales pueden ser profundos y duraderos: ansiedad, tristeza, aislamiento, baja autoestima, cambios de conducta e incluso pensamientos autodestructivos.

Hoy en día, el acoso no termina en la escuela; continúa en línea, a través de mensajes, redes sociales, y plataformas digitales, afectando la salud emocional del adolescente incluso en la seguridad de su hogar.

¿Cómo puede ayudar la terapia?

La psicoterapia brinda un espacio seguro, confidencial y libre de juicios donde los adolescentes pueden:

• Expresar lo que sienten con libertad y sin temor a ser incomprendidos.
• Comprender lo que les está ocurriendo y validar sus emociones.
• Recuperar su autoestima y confianza personal.
• Aprender a poner límites y desarrollar habilidades para afrontar el conflicto.
• Fortalecer su identidad y desarrollar una red de apoyo emocional.

Mi enfoque con adolescentes combina empatía, escucha activa y técnicas terapéuticas adaptadas a su edad, buscando siempre generar una relación de confianza que les permita abrirse y sentirse comprendidos.

¿Cuándo buscar ayuda?

Si notas cambios en el comportamiento de tu hijo/a, como retraimiento, tristeza persistente, irritabilidad, miedo a ir al colegio o uso excesivo (o evasión total) del celular, es posible que esté atravesando una situación de acoso. La intervención temprana puede marcar una gran diferencia en su bienestar presente y futuro.

No están solos. La terapia no solo ayuda al adolescente, también acompaña a la familia para comprender mejor lo que está ocurriendo y cómo brindar el mejor apoyo posible desde el hogar.

Estoy aquí para acompañarlos en este proceso, con respeto, compromiso y sensibilidad.