Perder a un ser querido, atravesar una pérdida significativa o experimentar un dolor emocional profundo puede sumergirnos en un estado de vacío, tristeza y confusión. En algunos casos, este dolor se vuelve tan intenso que pueden aparecer pensamientos de desesperanza, desconexión o incluso deseos de no seguir viviendo.

La terapia psicológica es un espacio seguro y necesario para acompañar este proceso, contener el sufrimiento y ayudar a transformar el dolor en sentido.

¿Qué trabajamos en terapia?

• Acompañamiento emocional en el proceso de duelo (por muerte, separación, pérdidas vitales).

• Contención y orientación para personas con ideación suicida o conductas autodestructivas.

• Herramientas para regular emociones intensas como tristeza, culpa, rabia o vacío.

• Reconexión con el valor de la vida, los vínculos, y con uno mismo.

• Apoyo también para familiares que conviven con alguien en riesgo.

Cada persona vive el dolor a su manera. No existen tiempos ni formas "correctas", pero sí hay caminos más amorosos y sostenibles para atravesarlo. Pedir ayuda no es signo de debilidad: es un acto de valentía y autocuidado.



Estás a tiempo. No estás solo/a. Hay esperanza, y hay ayuda.